jueves, 14 de julio de 2011

Angor Pectoris

Tenía 12 años cuando me dijeron sobre esta enfermedad, que la obtuve de mi abuelo, una razón a más para sentirme tan apegada a él, a pesar de nunca haberlo conocido.
Estaba en la playa con mis amigos, el sol te besaba, la brisa del mar era fuerte, la arena casi cocinaba los pies, y el mar estaba helado, olas altas para surfear, y cada quien esperando su momento de poder volarlas. Mientras caminaba al mar, con mi tabla al brazo, un bikini verde oliva, el cabello largo y suelto…
Caí.
Desperté en el mismo lugar, rodeada por mis amigos y muy mareada, me costaba respirar y mi pecho empezó a doler. Era un dolor gradual que se ponía tan intenso que era como si el sol estuviera en mi pecho, quemaba mi piel, y de nada servía gritar. A lo lejos, el sonido de la ambulancia. ¿Qué me estaba sucediendo? ¿Será que ahora si me convertí en la nieta del sol?
Mientras me hacían exámenes en el hospital, mis padres ya habían llegado, no entendían nada, pensaban que me habían drogado, el olor a marihuana era sumamente fuerte. Y el resultado no podía ser más “perfecto”…
“A. tiene Angina de pecho agudo, probablemente sea hereditario, así que necesito saber quien en la familia padece de problemas cardiovasculares”
(La angina de pecho es una molestia o dolor que ocurre por lo que en medicina se denomina como isquemia miocárdica, también llamada isquemia cardiaca, que se produce cuando las demandas de oxígeno miocárdicas (es decir, del músculo cardíaco), superan al aporte, lo que conlleva una deficiencia de sangre y oxígeno en el miocardio. Suele tener por causa una obstrucción (arterioesclerosis) o un espasmo de las arterias coronarias, si bien pueden intervenir otras causas. Con frecuencia se asocia a la angina de pecho con un riesgo elevado de futuros eventos cardiovasculares fatales. Aunque un infarto agudo de miocardio puede ocurrir sin dolor, el dolor de pecho opresivo de aparición repentina y que dura más de 15 minutos debe requerir atención médica calificada de urgencia para descartar un infarto.)
Como consecuencia a esto se desarrolla la Sincope Vasovagal, donde la frecuencia cardíaca lenta y los vasos sanguíneos dilatados hacen que llegue menos cantidad de sangre al cerebro, provocando así el desmayo.
Admito que no me he cuidado mucho, pero desde hace dos o tres años, esto se ha vuelto la prioridad de mis incomodidades.
He pensado tanto en que hacer o que sentir cuando uno tiene una enfermedad así… Pues no lo sé, no puedo vivir al máximo pues no sabré si mañana despertare, pero solo tratare de vivir hoy. Además ya he tenido una vida de excesos. Ahora es mi tiempo de formación seria.
Mi transformación, mi metamorfosis al estilo Kafka.
Uno vive sin saber hasta cuándo podrá hacerlo, yo solo deseo cumplir un par de deseos, y lograr sentir más allá. Llegar al nirvana de las sensaciones.
Conocí a una señora que tenia orgasmos con solo leer historias eróticas. Se retorcía y gemía, sus ojos se transbordaban y se ponían en blanco. Ella trato de enseñarle a mi alma a sentirlo, y que lo trasmitiera al cuerpo, pero nunca lo logre. No sé si deseo llegar a ese nirvana de sensación, creo que la imaginación juega mucho pero carece de sentido a veces. Los orgasmos son acompañados.
Por suerte el sexo no es algo que debo prohibir en mi vida para poder estar bien, acelera el corazón y lo cura. Mi madre me dijo una vez que el sexo es salud, y siempre debemos ser saludables.
La vida debe ser compartida.



1 comentario:

  1. Hacer el amor sirver para muchas cosas, además cura y cuida el corazón.
    Saludos!

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